martes, agosto 20, 2013

Cultivos transgénicos pueden poner cachas a las malas hierbas

Tras un profundo proceso de meditación de 30 segundos, he decidido hacer un poco de caso a las
campanas que suenan alrededor pidiéndonos a los científicos que hagamos más divulgación. Está claro que la gente necesita y tiene derecho a saber lo que se cuece en la ciencia, tanto porque es una parte de la cultura que debe estar al alcance de todos, como porque en buena parte está pagada con los impuestos de todos. Así que, sin más historias, he decidido hacer breves reseñas en castellano de cosas que me llamen la atención, o de mis propios trabajos, o de lo que sea. Veremos lo que dura esta resurrección del blog reconvertido en cyborg divulgador.

Arroz silvestre mala hierba.
Imagen: Flickr/John B
El tema con el que empiezo es polémico: los cultivos modificados genéticamente. Vaya por delante que yo no estoy en contra per se (otra cosa es la industria que los comercializa). Mientras su uso y estudio se base en datos, en sentido común, y en el uso del principio de precaución, a mí no me parece que ninguna tecnología sea intrínsecamente mala.

Hoy voy a reseñar una reseña (valga la redundancia) que leí ayer en Nature sobre un artículo de investigación que acaba de aparecer en la revista New Phytologist. Pongámonos en antecedentes: se sabe que, por polinización cruzada entre especies de plantas parecidas, genes introducidos en cultivos modificados genéticamente pueden pasar a plantas silvestres. Se pensaba que en muchos casos eso no sería un problema para el ambiente, porque las plantas silvestres con el nuevo gen no serían tan competitivas como sus hermanas sin él, se reproducirían a un ritmo menor y desaparecerían antes del ambiente. ¿Por qué? Pongamos un un ejemplo concreto. Supongamos que el gen da resistencia a un determinado herbicida. Si fumigas las plantas silvestres con ese herbicida, las que tengan el gen aguantarán mejor, evidentemente. Pero si no lo haces, esas mismas plantas estarán haciendo un gasto de recursos en producir la resistencia al herbicida, unos recursos que sus hermanas están usando en crecer más fuertes, producir más semillas... ¿lo pilláis, no?

Esa era la teoría. Lo que han descubierto Lu Baorong y sus compañeros de la Universidad de Fudan (Shangai), sin embargo, pone en duda este cuadro. Estudiando precisamente un gen que da resistencia al herbicida Roundup en cultivos de arroz transgénico, han visto que ese gen puede pasar a unas especies de arroz silvestre que son malas hierbas. Bien, hasta ahí no hay nada nuevo. La sorpresa viene cuando, aún sin fumigar con Roundup, las malas hierbas que han adquirido el gen crecen más lozanas, producen más semillas, y son capaces de desplazar del medio a las malas hierbas de toda la vida. Y, encima, son resistentes al herbicida con el que quieres proteger a tu cultivo favorito. No se entiende muy bien porqué aún sin herbicida las malas hierbas con el gen de resistencia están tan cachas, pero la conclusión está clara: ¡cuidadín con los genes que sueltas por ahí!

A nivel de comunicación de la ciencia, yo saco una segunda conclusión. A veces se encuentra uno por ahí a teóricos de la conspiración que aseguran que malos malosos como Monsanto (ojo, lejos de mi defenderlos, no es de eso de lo que estoy hablando aquí) controlan el mundo en la sombra y mueven los hilos para que estudios como el que he reseñado nunca se conozcan. Pues bien, el estudio no sólo ha salido publicado en una  de las revistas más prestigiosas de investigación sobre plantas, sino que se ha hablado de él en sitios que tienen tanto impacto como Nature o Scientific American. Menuda pifia del señor oscuro que domina el mundo, ¿eh?

2 comentarios:

Unknown dijo...

Buenísima iniciativa, Saúl! Y muy buena la reseña.

Saúl dijo...

¡Gracias Luis! Me doy cuenta de que en mi afán de ser informal tal vez he abusado un poco de coloquialismos típicamente españoles, ¿no? Intentaré buscar la fórmula para mantener un tono desenfadado pero usar un castellano más neutral.